La rana y el sapo vivían en el mismo lago de un inmenso
bosque, todas las noches salían a cantar pero poco se hablaban.
Una noche la rana se dirigió hacia donde se encontraba el
sapo; luego de observarlo detenidamente por varias horas le preguntó: ¡eh sapo!
¡Si tú! ¿Por qué eres tan feo? ¿No te d vergüenza asomarte a la superficie? Si
yo fuera tú no saliera del fondo del lago.
A lo que el sapo respondió: si es cierto, pueda que yo no
tenga un mal aspecto, pero la belleza no lo es todo, hay cosas que importan más
como lo es los valores y que te sientas contigo misma; un buen espíritu.
La rana dio un gran salto y respondió: yo creo que no es
así porque si tienes belleza lo tienes todo, no hay nada ni nadie que te
detenga y puedes pasar por encima del que tú quieras.
Poco tiempo después, cayó una fuerte tormenta y el sapo
salió del lago a ayudar a los demás animales del bosque; y le dijo a la rana:
ven conmigo, ayudemos a los demás.
La rana le contestó: yo prefiero salvarme a mí antes que
a los demás y tú ni te asomes con un aspecto tan feo, ahuyentarás a los
animales.
El sapo hizo caso omiso a la respuesta de la rana y
salió. En esos momentos un fuerte rayo cayó partiendo un árbol por la mitad,
este cayó encima del lago y lanzando a las profundidades a la rana.
El sapo por más
que hizo no pudo ayudar y hoy día la
rana habita en las profundidades y el sapo sale a buscar comida y la
comparte.
Moraleja: “la belleza no lo es todo”
José Meza Villadiego- 11 años
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