sábado, 5 de octubre de 2013

EL PERRO Y EL SAPO



Un día en la casa de Andrés salió un sapo de una llanta que estaba en el patio y el perro de Andrés lo vio y salió a verlo para hablar con él, pero el sapo al verlo que se acercaba corriendo le dio miedo y se fue muy rápido, el perro como vio que el sapo se fue, se colocó muy triste porque estaba aburrido y quería jugar con alguien.

Otro día el perro salió al patio y miró que el sapo tenía la pierna debajo de una roca grande y saló corriendo para ayudarlo, el sapo le dio las gracias por ayudarlo y se hicieron amigos.

Moraleja: las apariencias engañan. 


Keiner Gamboa- 8 años

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